Dormir mal durante muchos días afecta nuestra productividad, las relaciones con los que nos rodean y genera muchos problemas de salud.
Enfermedades como indigestión, problemas respiratorios o del hígado, corazón, riñones, páncreas, dolores físicos, ansiedad, depresión pueden provocar insomnio, así como la falta de minerales como el calcio y magnesio, el consumo de algunos medicamentos, como descongestionantes o inhibidores del apetito, antidepresivos y los utilizados para la presión arterial alta.
El tipo de alimentos que se ingiere, influye en la capacidad para conciliar bien el sueño, además, es muy importante el momento en el que se toman.
Incluir en la cena alimentos como el pavo, plátano, higos, dátiles, toronja, yogur, leche, atún, son una buena solución, ya que contienen triptofano, un aminoácido que nos ayuda a conciliar el sueño.
No se recomiendo consumir por la noche quesos maduros, chocolate, berenjena, embutidos, papa, azúcar, espinaca, tomate y vino, pues contienen tiramina, una sustancia que aumenta la liberación de un neurotransmisor conocido como norepinefrina, un estimulante cerebral que afectaría nuestro ciclo del sueño.
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